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Febrero 29, 2024 02:27 hrs.

Raúl De La Rosa › diarioalmomento.com

Política ›


Desde hace ya varios lustros ha ido entrando al debate nuestro idioma oficial, el castellano, por distintos motivos, pero quizá el más recurrente es el apego, o no apego, del mismo a la Real Academia de la Lengua Española, como rectora del mismo, o a alguna de sus homólogas de Hispanoamérica. Ese debate ha sido detonado una "guerra abierta de baja intensidad" por el desarrollo del lenguaje inclusivo, como forma de reeducación en la _«equidad de género»._ Es un debate por demás interesante, pero en ese debate existen muchísimos falsos silogismos que les hacen aparecer como verdades absolutas, y eso daña lo que se dice defender, sobre todo porque se desconoce cuáles son las reglas del idioma castellano (o español) y el porqué de las mimas.

No será en ésta ocasión donde se tratará el debate del lenguaje inclusivo y las reglas de la Real Academia de la Lengua Española, y sus homólogas de Hispanoamérica, considero que es mejor explicar algunas de sus reglas y el porqué de las mismas. Así, quienes defienden las reglas o buscan más equidad en éstas, tengan mejor espectro de las mismas. Ahora iniciamos con algunas "reglas ortográficas", el pilar que orienta la correcta escritura de una lengua. De ese modo, es necesario tenerlas presentes para conservar la pureza del idioma y lograr una redacción adecuada. Además, contrario a lo que se suele pensar, no son sencillas, cierto, pero tampoco son tan difíciles de aprender. Al menos las básicas y hasta obvias que toda persona debería conocer.

Pero empecemos por el principio, la definición de las reglas ortográficas: _son un conjunto de normas que regulan y dictaminan cómo debe escribirse una lengua._

Es decir, éstas reglas son los lineamientos que indican la manera adecuada en la que deben ser escritas o redactadas las palabras del idioma al que pertenecen. De igual manera, señalan cómo utilizar sus signos de puntuación. Claro está, cada lengua posee sus propias normas sea chino, coreano, inglés, alemán, francés, etc. Y hasta a veces pueden coincidir con las de otra lengua en algunos puntos; pero es la excepción, no lo común. ¿Y para qué sirven las reglas ortográficas? Pues para que la escritura sea clara y los mensajes de la misma sean entendibles. Así, al aprender y dominar dichas reglas podemos escribir adecuadamente cualquier tipo de texto. Y en contraste, la falta de éstas normas pueden ocasionar toda clase de confusiones. A pesar de esa importancia tan obvia y lógica, muchas y muchos hispanoparlantes desconocen las reglas ortográficas de su idioma. Esa es la explicación de los muchisimos errores ortográficos que podemos llegar a encontrarnos, desde los mensajes en las redes sociales hasta escritos oficiales de distintos gobiernos, en sus distintos ámbitos y niveles de competencia.

Particularmente el idioma castellano o español es uno de los más ricos en cuanto a posibilidades expresivas. Ese rasgo implica indirectamente una gran cantidad de normas, lo que dificulta su aprendizaje, tanto para quienes la tuvieron como primera lengua como para quienes la desean aprender como lengua adicional a la materna. Por ahora nos centraremos en las normas básicas, sobre las que se sostiene toda la lengua castellana o española. Y ahora vamos al grano, como dice la expresión popular.

La letra ’v’ es bastante sencilla de utilizar, a pesar de que pareciera ser todo lo contrario. A modo sintético podemos decir que tiene cuatro reglas...

▪︎Con las terminaciones ’iva’, ’ava’, ’ivo’, ’avo’, ’eve’, ’eva’ y ’evo’

Podemos encontrarlas en varios verbos y adjetivos. Lógicamente, suelen estar al final. Sin embargo, pese a ser terminaciones lo cierto es que pueden estar en varias posiciones. Sea como sea, casi siempre llevan esa ’v’ entre la vocal de inicio y la de cierre:
- Intempestivo
- Huevo
- Lavo
- Remueva
- Nieve
- Fugitiva
- Grava

▪︎Con las terminaciones ’versar’ y ’servar’

Un cierto número de los verbos de nuestro idioma acaban en ’servar’ o ’versar’. Ambas terminaciones deben llevar ’v’ siempre, tanto en la forma original del verbo como en sus conjugaciones:
- Observar – observado, observaremos, observaron.
- Tergiversar – tergiverso, tergiversando, tergiversamos.
- Conservar – conservado, conservando, conservaré.
En ésta norma no hay excepción posible, por lo que debemos respetarla siempre.

▪︎Con las terminaciones ’ívoro’ e ’ívora’

Estas dos terminaciones, aunque poco comunes, sí aparecen en varios adjetivos. Pues bien, la ’i’ siempre debe ir seguida de la ’v’:
- Carnívoro
- Omnívora
- Herbívoros
Sin embargo, esta regla tiene una excepción, y es el sustantivo ’víbora’, que se refiere a un animal. Solo en ese caso la ’v’ se ve reemplazada por la ’b’.

▪︎Con tres conjugaciones de los verbos ’andar’, ’estar’ y ’tener’

Los verbos ’andar’, ’estar’ y ’tener’ pueden adquirir una ’v’ cuando son conjugados en tres tiempos verbales. Veamos cuáles son:
- Futuro simple del modo subjuntivo: anduviere, estuviere, tuviere.
- Pretérito imperfecto del modo subjuntivo: anduviese y anduviera, estuviese y estuviera, tuviese y tuviera.
- Pretérito perfecto simple del modo indicativo: anduvo, estuvo, tuvo.
Cabe destacar que ésta norma se aplica para cualquier persona: primera del singular (yo), segunda del singular (tú), etc. Lo único que cambiará entre una y otra es la terminación, aunque la ’v’ permanecerá.

No les parece interesante... y ¿difícil?...

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